Jairo Antonio Moyano, es un caraqueño que llegó a nuestra ciudad hace poco más de un año. Se enteró hace unos días que la Alcaldía de Bogotá y el Club independiente Santa fe, invitarían a los venezolanos a asistir al partido de la sexta fecha de la Liga Águila y corrió a reclamar su entrada de cortesía.

Llegó al estadio muy temprano y ya ubicado en la tribuna, contaba a todos sus compatriotas, con lágrimas en sus ojos, que era la primera vez que entraba al Campín y que hacía muchos años no pisaba un estadio.

Como él, muchos venezolanos estaban emocionados en la tribuna norte. Arianis Fuenmayor, una jovencita de 18 años, no paraba de tomarse fotografías junto a los oficiales de la policía -algo que es restringido en su país- y junto a su mamá, que por primera vez asistía a un estadio, gritaba y saltaba de felicidad.

Aimara Sánchez, de la Fraternidad Venezolana, estuvo coordinando la llegada de niños, jóvenes y adultos del vecino país, invitándolos a disfrutar de la fiesta del fútbol y a dar ejemplo de buen comportamiento. “Esta integración es un aliciente para nosotros, porque a pesar del dolor en el corazón por todo lo que pasa en Venezuela, aquí recordamos que somos hermanos y que Bogotá nos ha recibido de la mejor manera”.

El Hincha 10, también estuvo acompañando a cientos de venezolanos que tuvieron una noche muy especial en el Campín, gracias a la estrategia Fútbol sin Fronteras, en la que Santa Fe empató con Junior 3 - 3.

Los hinchas visitantes, los seguidores del club “Cardenal” y los venezolanos, demostraron que el fútbol se disfruta sin acciones violentas.

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