Bogotá, 10 de mayo de 2020. El Día de la Madre se conmemora en el mundo; fecha dedicada para todas las mujeres que han dado a luz, que han criado, que decidieron entregar a la vida sus hijos y que saben perfectamente que es una profesión y trabajo de 24 horas, siete días a la semana. 

Madres comunitarias, abuelas, madres solteras, madres profesionales, madres trabajadoras, madres protectoras, amas de casa, madres divorciadas, madres lesbianas, madres profesionales, madres trans, madres bisexuales, madres adolescentes, madres campesinas, madres afros, madres adoptivas todas con una característica que las une: el amor por sus hijos y el privilegio de formar proyectos de vida.

Cuando comparamos el hecho de ser madre con una profesión, es porque en efecto lo es; es adquirir un compromiso, es el ancla de toda sociedad, es ser lideresas, es hacer algo que te nace del corazón, es la dedicación constante de construir una vida, educar, transformar, guiar y acompañar. 

En Bogotá, hay diversidad de mujeres y por ende de madres, ellas dieron a luz y acompañan a sus hijos o hijas en este largo camino que es la vida; otras que decidieron dar en adopción por diferentes razones, y, por último, las que desean adoptar y darle un nuevo hogar a un niño o una niña.

En Colombia, según el Departamento Nacional de Estadística -DANE- hay 23.312.832 mujeres.  Para 2018, cuatro de cada diez madres son cabeza de familia; valientes mujeres que criaron solas a sus hijos por múltiples circunstancias de la vida, esto no las hace menos, las fortalece y las hace ser unas guerreras. Otras mujeres son diversas lesbianas, bisexuales y transgénero, ellas luchan por el derecho de tener una familia, de cumplir el sueño de ser madres.

Otras mujeres son madres porque criaron a hijos o hijas de sus parejas, acogidas en una nueva familia y su mayor recompensa es el amor que en esta ocasión no lo da un lazo de sangre. También están las abuelas, ellas conocen mejor que cualquiera, la labor y la vocación de ser una madre, incluso permanecen ahí para ayudar, brindar amor, paciencia, ternura y comprensión. 

En medio de esta coyuntura, hay que celebrar la vida de las madres, conversar con ellas, recordar buenos momentos, ver antiguas fotos, cocinar juntas y por qué no tener un detalle que les recuerde lo agradecidos y agradecidas que estamos por tenerlas.

Si estás lejos de ella llámala, hazle sentir que, a pesar de la distancia, hay corazones que palpitan al mismo ritmo, aunque estén distanciados por miles de kilómetros.

El Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal - IDPAC, celebra la vida de las mujeres que dan vida.  Recuerda que somos el reflejo de esa mujer única en nuestra vida.