“Llegué a Colombia hace 25 años. La situación del conflicto era complicada.  Sin embargo, me enamoré del país por su gente y decidí quedarme en Bogotá.  Actualmente, en tiempos de paz, son muchos más los extranjeros que llegan. Gracias por recibirnos”, dijo Christopher Vandekerchove, francés radicado en Bogotá, cofundador del centro cultural ‘A seis manos’, invitado a la conferencia Transforma ‘Bogotá es mundo y escenario de culturas,’ que convocó a cerca de 300 asistentes.

Experiencias como éstas fueron compartidas por un grupo de migrantes durante el evento, organizado por Participación Bogotá – IDPAC –, y la Dirección de Relaciones Internacionales de la Alcaldía Mayor, como parte de la agenda de la Segunda Semana Internacional de las Migraciones.

En la conferencia, se destacó el aporte de migrantes al desarrollo de ciudad. “Como cineasta cuento historias de este país maravilloso y enseño cine en comunidades vulnerables para que pierdan el miedo de contar propias historias”, expresó  Josephine Langertinger, portuguesa de madre colombiana, radicada en Bogotá y directora de cine.

Las dificultades de llegar a una ciudad que no es la propia, también se abordaron como tema de reflexión. Colombianos y bogotanos, en particular, quienes se han visto en la necesidad de emigrar, han tenido que confrontarse con realidades que deben asumir. “Desde tomar un bus, se constituye en un reto de adaptación. Sin embargo, se aprende y se aceptan otros retos como el querer aportar a esa ciudad y país que te reciben”, afirmó Paola Murillo, bogotana radicada en Vancouver (Canadá), directora de la organización Latincouver  y el Carnaval del Sol, evento latino más grande de Norteamérica.

Luego del diálogo entre los invitados, quedó la conclusión de que los migrantes ‘Dejan Huella’, conforme al slogan de la Semana de las Migraciones, coordinada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, Migración Colombia y la Organización Internacional para las Migraciones – OIM –.